Todo comienza en un barrio de la ciudad de buenos aires donde vivía un adolecente huérfano. Un día mientras que caminaba por el barrio se encontró con un escuadro militar el cual estaba reclutando jóvenes como él. Apenas observo el camión no dudo en correr pero de repente ya estaba total mente rodeado. Después de ser reclutado lo llevaron al batallón llenaron los papeles para que él se convirtiere en un grande soldado, pero para poder lograrlo debía de realizar la mejor historia de su vida para debatir si se quedaba en el batallón o quedaría libre el pobre joven se fue a dormir en su nueva casa en el batallón con una pequeña idea de cómo hacer su historia para poder comenzar a debatir con otros reclusos con los que el combatiría en equipo.
Al día siguiente se despertó bien animado para comenzar a contar la historia que realizó, pero antes de comenzar conocieron a su comandante, el cual inicio el día con una reflexión sobre un libro él estaba leyendo, después todos comenzaron a leer sus historias, mientras tanto el joven analizaba cada una de las historia de sus compañeros para realizar correcciones que le podría corregir a sus textos, aunque no terminaron de leerla.
Cuando todos se fueron apara sus casas en el campamento los seguí uno por uno para ver que hacían y descubrí que seguían las recomendaciones que les hace sobre el texto y corrigiendo cada parte que yo les indique que podían mejorar. A la mañana siguiente no se pudo continuar leyendo las historia porque debíamos de realizan una actividad de reconocimiento del territorio de entrenamiento donde habían unas pruebas por realizar.
Des pues de varios días en el batallón se volvieron a reunir todos los integrantes y cada uno comenzó a decir de dónde venían y cómo fue su historia y lo que conocían de sus antepasados cada uno relataba su historia de los antepasados. Cada historia era fascinante grandes historia que contaban mientras tanto yo tomaba nota atenta de dicha historia porque me hacía recordar historias que me contaba mi padre cuando yo iba a dormir.
Hasta que llegue a un punto en el que me puse nostálgico y llore en honor a tan bellos recuerdos.